sábado, 28 de enero de 2017

Restaurante Gribok

Hoy nos vamos a los países del Este, concretamente a Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Polonia, Chequia, Hungría.
Podemos disfrutar platos de todos estos países en el Restaurante Gribok de Madrid.
Gribok significa setas en ruso, un ingrediente muy utilizado en dicha cocina.

Este restaurante se abrió en octubre del 2014 por dos jóvenes rusas afincadas en España, sin experiencia previa en empresas ni en gastronomía. Esto no impidió que el restaurante saliera adelante gracias a la ilusión de ambas emprendedoras.
La idea del restaurante les surgió por echar de menos la gastronomía con la crecieron.


Restaurante Gribok


El restaurante tiene a la entrada una pequeña barra y a continuación tiene una serie de salitas de dos, cuatro mesas o así cada una. Esto hace que aunque haya mucha gente no es un restaurante ruidoso.
El aspecto es limpio, y tiene una decoración rústica, con parte de la pared empedrada; con pequeños detalles eslavos, como mantones, cuadros y ciertos objetos.

Las mesas están vestidas con manteles blancos de tela y adornadas con un camino de mesa (Navideño porque visité el restaurante en esas fechas), las servilletas también son de tela.
Las sillas son cómodas y de una madera que pega muy bien con el ambiente rústico del local.

Hay música ambiente estilo clásica, no me doy cuenta si pudiera ser rusa o no.

Nos sirve Diana, una de las dos emprendedoras, el trato es muy bueno, nos explica qué ingredientes llevan los platos sin ningún problema y conocemos que es hija de un español y una rusa y nieta de dos 'niños de la guerra' que emigraron a Rusia cuando la guerra civil española.

La carta es bastante amplia, la podéis ver en la página web del restaurante que pongo más abajo. Tiene muchos de los platos típicos como borsch, ensaladillas rusas, pelmeni, jolodets, piroshki, sopas, caviar, gulash húngaro, pato al estilo Praga...Se puede probar cerveza rusa y checa.
Los precios están muy bien y las raciones son aceptables aunque no demasiado grandes, son adecuadas para una persona.

La comida es normal, no me pareció espectacular, está bien para conocer la gastronomía de los países , pero creo que, al menos los platos que probé, podían estar más sabrosos.

Esto es lo que probé:

Junto con el pan te traen una pequeña ensalada de remolacha, hay pan blanco y negro.


También probé la ensaladilla rusa 'Arenque bajo Abrigo', (receta que publiqué hace pocas semanas en el blog), no estaba mal, pero es mejorable, para mi gusto tenía un pelín más de sal por los arenques y le faltaba un poco más de mayonesa junto a la capa de patatas.



Ensalada Olivier: la típica ensaladilla rusa que conocemos en España, me pareció normalita de sabor.



Sopa de setas: El sabor de esta sopa era muy bueno.



Filetes rusos: Venían acompañados con puré de patatas, este puré parecía demasiado artificial, como prefabricado y los filetes tenían la masa demasiado aglutinada  y el sabor sin ser malo, no llegaba a decir nada.



Tarta Napoleón: Esta tarta es de hojaldre...pero su hojaldre no parecía fresco, no se deshacía con esa forma típica ni se notaba el sabor fresco, el relleno estaba mejor pero al mezclarlo con el hojaldre la tarta perdía.

El precio de este menú salió a 15 euros por persona, no es caro, pero creo que la comida es mejorable.
Eso sí, el trato es genial.

Los baños están limpios y no les falta nada indispensable.

El restaurante también realiza pedidos para llevar y a domicilio y tiene dos menús.

El restaurante se encuentra en la calle Alejandro González 8, metro Ventas.
Teléfono: 91 726 31 52

Página web:  http://restaurantegribok.es/




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